“Tezozomoc” o “El ursurpador” es una obra dramática en dos
actos de Luis Mario Moncada, de tema prehispánico cuyo eje es principalmente la
lucha territorial: Tezozomoc (rey de Azcapotzalco) y Nezahualcóyotl
disputándose las tierras de Texcoco y sus tributos.
Ixtlixóchitl ha fallecido dejando como descendiente directo,
y gobernador natural de Texcoco a Nezahualcóyotl, su hijo. Sin embargo,
Tezozomoc es quien se ha proclamado regidor legal de esas tierras y se ha
establecido ya como tal. El conflicto se inicia una vez que Ixtlixóchitl, quien
se suponía que contraería matrimonio con Tépcatl (hija de Tezozomoc), se
retracta y decide regresarla a Azcapotzalco.
Nezahualcóyotl se ve apoyado por su madre y por los reyes
Chalco, Otompan y Tlaxcala (cada uno con algún interés personal) para despojar
a Tezozomoc de lo que originalmente le pertenece. En el primer enfrentamiento,
a las afueras de Texcoco, ambos bandos se ponen de acuerdo para atacar a la
ciudad, pues esta no se ve dispuesta a aceptar a ninguno de los dos
“candidatos” como su gobernante legítimo. Es en este punto donde la aparición
de los calpulli propone un arreglo para mantener la paz y que tanto la ciudad
como los interesados en gobernan saquen ventaja: casar a Técpatl con Chalco.
Pareciera que con esta escena concluyera la obra pero, por el contrario,
aparece Tlacaelel ante Tezozomoc induciéndolo de nuevo a la guerra. Tras varios
enfrentamientos y una serie de confusiones con respecto la muerte de
Nezahualcóyotl, la situación se resuelve y Chalco y Tlazcala terminan por
aliarse de nuevo con Tezozomoc, quien finalmente hereda el trono a Tayatzin, su
hijo.
Nezahualcóyotl |
En “The Lenguage of stories, a cognitive approach”, Barbara
Dancygier habla acerce de los “props”, es decir, objetos que aparecen en escena
y que en ocasiones toman un rol importante y/o significativo en la historia.
Por ejemplo en “Tezozomoc”, al inicio de la obra, cuanto Tezozomoc decide
enfrentarse contra sus adversarios, lo primero que hace es pedir a su hija que
le de el cetro o bastón, símbolo de su poderío y a la vez de la seguridad que
tiene sobre sí mismo. Conforme avanza la historia, el personaje va cambiando de
parecer (sobre todo con respecto del destino de su principal adversario) y su
espíritu se va doblegando al igual que su persona física. Cuando pierde todas
sus fuerzas, aparece de nuevo el cetro: mientras tiene una alucinación “trata
de defenderse con su bastón, pero al final cae al suelo”, lo que pudiera
representar el doblegamiento espiritual y físico que el personaje sufre y que
va muy por encima de la autoridad que con cetro en mano representa, pues esta
vez el bastón no le impide caer.
Sí, lo del cetro es el más claro ejemplo de lo que expone Dancygier sobre los props y como el cuerpo de los personajes/actores se hace uno con ese objeto/significado. Lo curiosos es que el cetro occidental es totalmente ajeno a los tlatoanis aztecas, pero la anacronía o irrupción funciona de maravilla.
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